Aunque parezca que la primavera no quiera llegar, el reloj biológico de los animales no se detiene. Empieza ya la época de cría y desde el COFIB queremos comentar algunos problemas muy habituales relacionados con esta interesante temporada. Centrándonos en las aves y por norma general, el hecho de ver un polluelo en el suelo de nuestros parques o bosques no significa que precise siempre de nuestra ayuda. Antes de intervenir debemos observar la situación; en muchos casos si nos quedamos observando ese polluelo a una cierta distancia veremos como sus padres se encargan de ellos, simplemente es que nuestra presencia dificulta su alimentación. La gran mayoría de polluelos que están por el suelo no son huérfanos, sino volantones, es decir, aves que no vuelan bien, pero son ágiles para saltar y trepar a los árboles. Únicamente debemos recoger aquellas crías que caen del nido antes de tiempo, normalmente por un accidente, viento, un golpe de calor, etc.
Incluso hay casos de aves nidífugas, es decir, que abandonan el nido antes de poder volar como los patos o las perdices, que, aunque no veamos a sus progenitores en las cercanías no debemos pensar que los han abandonado. Normalmente será nuestra presencia lo que los ha asustado y al marcharnos del lugar se encargaran de su crianza perfectamente.
Hay un caso en el que si o si se debe actuar imperativamente y es en el caso de los vencejos (A. apus). Estas aves, por su biología, jamás
tocan el suelo y si las vemos en él necesitan nuestra ayuda. Si no están lesionados o son demasiado pequeños, se deben depositar sobre la palma de la mano, en un sitio elevado y abierto, y ellos saldrán volando, nunca lanzarlos ya que los podemos lesionar. En caso de tratarse de ejemplares adultos heridos o de crías se deben llevar al COFIB o ponerse en contacto con él.
Por lo tanto, no se debe retirar ningún polluelo huérfano de la naturaleza sino se está 100% seguro de ello y en caso de cualquier duda desde el COFIB aconsejamos que os pongáis en contacto con nosotros antes de intervenir en estos casos. Si tenemos la certeza de tener que intervenir se deben depositar en cajas de cartón y tener mucho cuidado con que no se dañen sus valiosas plumas. Se le puede dar agua mojándonos un dedo y dejando caer una gotita de agua en el pico evitando que las gotas le entren por los orificios nasales, y sobre todo recordar que, la leche, el pan o las galletas no son un alimento adecuado para las crías de aves.